Camas de matrimonio

Dormir es una de las necesidades básicas del ser humano y una de las más placenteras. No en vano, nos pasamos una gran parte de nuestra vida durmiendo y dormir en la misma cama con nuestra pareja fortalece las relaciones y nos hace estar más conectados. Despertar junto a la persona que quieres es un placer comparable a pocos y nos llena de energía y buenas vibraciones, pero cuando compartimos cama con otra persona, a menudo surgen pequeñas incomodidades que pueden enturbiar nuestro descanso. Por eso, vamos a darte algunas ideas para que ambos podáis disfrutar de la compañía pero sin sacrificar ni un minuto de sueño:

Horarios: A menudo sucede que las dos personas que duermen juntas tienen horarios diferentes. Esto puede terminar siendo motivo de conflicto, así que ¿por qué no negociar un horario común?

Espacio: Otra de las ‘batallas’ habituales es la que hace referencia al espacio que ocupamos. A veces ocupan nuestro espacio o somos nosotros los que nos metemos en el espacio de nuestro compañero. Prueba a poner una almohada o cojín entre ambos, así los dos respetaréis el espacio del otro, además de despreocuparte por dar o recibir codazos y patadas durante la noche.

Batallas por el edredón: Si quieres evitar esas incómodas peleas nocturnas por cubrirse con la manta, edredón o sábana, busca una de un tamaño lo suficientemente grande para que sobre por ambos costados de la cama. En algunos casos también puedes tener dos edredones diferentes y evitar este problema de raíz.

Movimiento: ¿Eres de esos que no paran de moverse en toda la noche? Puedes evitar las molestias fácilmente, compra un colchón de impacto separado y ¡Solucionado!

Dormir cara a cara: Es una de las posturas más románticas. Despertar viendo la cara de tu pareja dormida plácidamente es uno de los mayores placeres de esta vida. Creamos un círculo cerrado y la intimidad de la pareja se refuerza.

La cucharita: Seas tú el que abrazas o el abrazado, esta es una de las posturas más reconfortantes. Nos sentimos arropados y protegidos. Dos almas unidas en una y el romanticismo disparado por las nubes.

Separados pero unidos: Cada uno con su espacio, pero unidos mediante el contacto de alguna de las partes de nuestro cuerpo, el pie, un brazo…una manera de asegurarnos de que la llama del amor continúa encendida.

Sueño profundo: A ti o a tu pareja os cuesta caer dormidos. Una buena sesión de sexo justo antes de dar las buenas noches es remedio de santo. No necesitas muchas más razones para llevarlo a la práctica, ¿verdad?