Mesas de centro

Las mesas de centro son muebles auxiliares básicos en cualquier salón que, además, condicionarán el conjunto de toda la habitación. Por eso, a la hora de elegir una mesa de centro para casa, hay que tener en cuenta varias cosas como, por ejemplo, el estilo decorativo de tu hogar y su relación con la mesa, el material de la propia mesa, el uso que le vayas a dar y un detalle muy importante: la altura. Porque el tamaño que escojamos para nuestra mesa de centro, tendrá que estar en harmonía con nuestras sillas, sofá o sillón.

Así pues, se puede decir que la mesa de centro es uno de los elementos en los que debemos poner más interés y volvernos más selectivos. De nuestra elección dependerá una gran parte de la atmósfera que queramos crear en nuestra casa. Tanto si ya tienes un sofá en casa, antes de tener una mesa de centro, como si estás pensando en comprar uno una vez tengas ya la mesa, es fundamental que sepas como combinar estos dos elementos. Vas a utilizar tanto el sofá como la mesa, casi a diario, y es también una de las partes de la casa que más verán tus visitas.

Así que presta atención a algunos consejos que te ofrecemos para que el resultado sea tan maravilloso que nadie quiera abandonar tu salón.

Las mesas de centro ofrecen un sinfín de variedades en cuanto a sus colores, materiales, y formas. Pueden ser cuadradas, redondas, rectangulares, triangulares… Esta gran variedad puede servirte de ayuda para encontrar el balance perfecto en tu salón y añadir el toque final a la decoración añadiendo al mobiliario la pieza de centro adeacuada.

La idea es adquirir una mesa de centro con líneas similares a las del sofá de tu casa. No hace falta que sea de una forma estricta, bastaría con algo sugerente, como por ejemplo esta mesa cuadrada arropada por un sofá que hace esquina y de líneas rectas.

Lo mismo que con las formas, pasa con los materiales. El mercado ofrece un enorme catálogo en lo que a materiales para mesas de centro se refiere. Así que puedes jugar a intentar encontrar un conjunto de materiales parecidos o que combinen en harmonía entre si.

Un buen ejemplo puede ser un sofá en piel con una mesa lacada en color negro brillante. Las texturas y los acabados de los materiales provocarán un efecto similar, con un brillo que sugiere elegancia y buen gusto. Esta es una buena opción para aplicar en aquellas habitaciones en las que queramos crear un ambiente más sofisticado.

Este es un elemento muy obvio y con el que podemos obtener muy buenos resultados sin tener que comernos la cabeza en exceso. ¿Tienes un magnífico sofá blanco al que quieres sacar el máximo partido? ¡Perfecto! La solución es muy sencilla, continúa leyendo...

Encuentra una mesa blanca a juego y lograrás crear una atmósfera moderna y con un marcado acento escandinavo o minimalista. Dependiendo de los colores que elijas, podrás jugar a crear diferentes ambientes o incluso dividir visualmente en dos una sola estancia. Utiliza los tonos rojo y marrón para un resultado más cálido y los colores vivos para uno más alegre.

Si no tienes un salón muy grande, o lo que te interesa es aligerar un poco la zona para dar más ‘aire’ a la habitación, puedes utilizar una mesa de centro transparente, ya sea de metacrilato o de cristal. Estas mesas te darán también más libertad, puesto que muchas veces son muy ligeras y se pueden desplazar fácilmente.

El cristal, es un elemento que te ayudará a potenciar la luminosidad del ambiente y, además, combina muy bien con tapicerías claras. Si quieres buscar un poco más de contraste, puedes utilizar cojines con un toque de color para romper la monocromía.