Sillones de piel

Lo primero que debes saber es el tipo de material que compone tu sillón, ya que existen diferentes tipos de pieles en el mercado. El método que a continuación te explicamos, es utilizable en sillones de cuero que tengan una superficie con revestimiento o protegida. Si tienes alguna duda, puedes informarte en la propia etiqueta de tu sillón o si esto es insuficiente, puedes consultar a tu vendedor o a un especialista. ¿Qué necesitas?

• Gel líquido para el cuerpo y la cara.

• Agua destilada.

• Varios trapos de textura suave.

• Aspiradora con cepillo.

• Barreño.

• Aspira la superficie de tu sillón de piel con la aspiradora con el cepillo incorporado (esto evitará que rayes la superficie del mueble).

• Llena el barreño con agua y añade un chorro del jabón, uno suave y no abrasivo.

• Moja el trapo en el agua para hacer espuma y escúrrelo bien antes de aplicarlo al sillón.

• Comienza a limpiar el sillón por partes primero con el trapo enjabonado y luego pasando otro trapo limpio que previamente hayas humedecido en agua destilada.

• Con un tercer trapo limpio y seco, seca la superficie del mueble hasta que no quede rastro de humedad.

• Saca brillo con un último trapo humedecido en protector de cuero y habrás finalizado.

• Es muy importante que compruebes que el cepillo de la aspiradora tiene una textura suave para no rayar la superficie.

• Si alguna mancha no sale, puedes intentar a poner un poco de pasta de dientes y esperar unos minutos antes de retirarla con un paño húmedo.

• No frotes las manchas, podrías rayar el cuero.

• Utiliza agua destilada porque el agua normal puede contener cloro u otros ingredientes que dañen la piel.

• Jamás se te ocurra utilizar lejía o cualquier otro líquido abrasivo ¡te cargarás el sillón!