Sofás

Además de servir de asiento, un sofá significa mucho más; es nuestro lugar de reposo, nuestra butaca privada de cine, nuestro asiento para ver el fútbol, nuestro rincón de lectura y todas las demás cosas que quieras añadir a la lista. Pasamos una gran parte de nuestro tiempo en el sofá, y es precisamente por eso que no debemos dejar que su elección sea determinada por razones sin peso que nos harán arrepentirnos más pronto que tarde.

Pero ¿cuáles son los elementos más importantes que nos permitirán elegir un sofá que nos dure toda la vida? La misión de un sofá no es sencilla, debe ser cómodo, resistente, pegar con el estilo decorativo de tu casa…sin olvidar la importancia de dónde estará colocado: en el centro de la estancia, pegado a una pared, a un lado del cuarto…Ten en cuenta que en la tienda lo verás en un gran espacio y no tiene el mismo efecto que puede tener una vez esté dentro de tu casa. Por eso, hemos recogido algo de información útil que te ayudará en una elección tan importante.

Si las medidas de un sofá son importantes, no lo es menos saber qué tipo de personas van a darle uso. ¿Tienes niños? ¿Mascota en casa? Son elementos en los que debes pensar y que te irán dando mucha información para tener claro que sofá comprar. Si tienes niños y/o animales en casa, es más que probable que necesites un sofá que sea más resistente, no solo al uso diario sino a otros tipos de ‘usos’ que pueden terminar con la tapicería arruinada por comida, bebida o ¡pintura!

No vale con sentarse un rato en el sofá en la tienda y ver que parece cómodo. Tienes que tener en cuenta otro tipo de cosas que no percibirás fácilmente con un primer contacto breve. Piensa en la altura de las personas que se vayan a sentar en él, que las piernas queden formando un ángulo de 90 grados y que los reposabrazos, si los tiene, estén entre los 12 y los 20 cm para que nos sintamos cómodos tanto al apoyar los brazos o las piernas, como nuestra propia cabeza.

Aquí entra en juego tu creatividad y tu capacidad para crear atmósferas. Hay que analizar el estilo decorativo de la habitación en la que vayamos a colocar el sofá y elegir uno que vaya en concordancia. Jugaremos con colores, tejidos, diseños, texturas y estampados. ¿Con patas de madera o metal? ¿Tapizado étnico o piel? ¿Estilo moderno o ‘vintage’? No te dejes llevar por la disponibilidad de un sofá y nuestras ganas de tenerlo cuanto antes. El tiempo hará que termines arrepintiéndote.

Un buen sofá está diseñado para durar muchos años, pero ¿cómo saber qué sofá es bueno y tiene una calidad que nos garantiza una larga durabilidad? Pues lo primero es tener en cuenta la estructura. Si es de madera maciza o metálica, mejor. Luego hay que contar con que el chasis sea resistente y esto lo podemos encontrar en los sofás con sistemas de muelles que aguanten nuestro peso sin problemas y, para terminar, una buena señal es que las patas formen parte de la propia estructura del sofá.

Cuando adquieras tu sofá nuevo, infórmate sobre si el precio incluye transporte o no. En muchas ocasiones te lo llevarán a casa sin sobrecargo, pero conviene que te asegures antes de realizar el pago. También tienes que informarte sobre la garantía y su durabilidad. Si por alguna razón el sofá viene defectuoso de fábrica, o se rompe o sufre algún daño, debería ser posible que la garantía cubriese el gasto o que se nos garantizase el recambio.

En cuanto al material, lo mejor es que sea transpirable. Para esto, es fundamental el tapizado. El relleno también contribuye a que respire, se recomienda la pluma de oca o pato, por su comodidad, pero su precio puede salirse de muchos presupuestos, así que tienes otras opciones más económicas como la viscoelástica, los muelles, o la espuma de poliuretano HR, que ofrece mucha resistencia y garantiza una buena durabilidad. Además, se deforma poco.

Porque la forma de nuestro sofá es algo que va a variar con el tiempo y con el uso. Los sofás son como los zapatos, con el tiempo se van adaptando a nuestro cuerpo, por eso siempre vamos notando que van ganando en comodidad a pesar de que los materiales se vayan desgastando. Si el relleno es de espuma, se recomienda cambiarlo cada 5 o 6 años para recuperar densidad, mantener confort y evitar pequeñas lesiones en la espalda.

Al final, elegir un sofá adecuado para nuestra casa es algo sencillo, y siguiendo las indicaciones que te hemos ofrecido y añadiendo un poco de tu gusto personal y de sentido común, el resultado debería ser más que satisfactorio. Así, cada vez que te sientes en él, sentirás que has realizado la elección adecuada. Esperamos haber podido colaborar con nuestro pequeño granito de arena para que tu sofá te acompañe felizmente durante mucho tiempo. ¡Disfruta!