Vestidos de fiesta

Tienes un evento muy especial por la noche, una boda, una graduación o una fiesta, y quieres quedar bien y que todo el mundo se quede asombrado con tu presencia. Estas son ocasiones en las que merece darlo todo y apostar por un vestido que te haga ser protagonista, de forma positiva, y que te haga sentir segura contigo misma y con tu ‘outfit’.

Es muy posible que el “no sé qué ponerme”, invada tus pensamientos desde el primer momento. Es una situación que se puede complicar, pero no te preocupes, nosotros vamos a darte información para que tu elección sea un éxito. En términos generales, lo más importante es que el vestido que elijas te quede bien, que te haga sentir cómoda y te de seguridad durante toda la velada. Y para ello, nada mejor que tener en cuenta todos los detalles para que no tengas que pasar un mal rato. Las elecciones en moda, son siempre muy personales ya que, al final, la opinión verdaderamente importante es la de la persona que va a llevar la prenda, pero siempre hay una serie de factores externos que pueden ayudarte en tu elección.

Muchas veces podemos caer en el error de elegir simplemente el vestido que más nos guste o que mejor nos quede, olvidando el tipo de evento al que vamos a acudir. Si es una boda, por ejemplo, deberás prestar una especial atención al color, ya que no puedes llevar el blanco (que como bien sabemos está reservado exclusivamente para la novia).

Si vas a ir a una fiesta de graduación en la que eres tú la protagonista, se recomienda llevar un vestido largo que te haga destacar y si eres la invitada, deberías llevar un vestido de fiesta más ‘casual’, donde prime la comodidad por encima de otros detalles ya que, con toda probabilidad, acabarás bailando hasta altas horas de la noche.

Los vestidos de fiesta suelen ser modelos largos que llegan al menos hasta los tobillos, pero es cierto que dependiendo del evento y de dónde vaya a tener lugar, pueden darse diferentes alternativas. No es lo mismo un evento en una playa que en la ciudad. Al igual que no es lo mismo una fiesta al aire libre que una en un sitio cerrado.

Si es una boda, se recomienda optar por un vestido largo que te aporte elegancia, y si es algo menos formal como un ‘baby shower’ o un bautizo, puedes elegir un vestido estilo ‘cocktail’ a media pierna o incluso un poco por encima de la rodilla. Si se trata de una celebración religiosa siempre deberás tener en cuenta que debes ser discreta en la medida de lo posible.

Además de, como mencionábamos con anterioridad, tener en cuenta las normas de protocolo dependiendo del evento (nunca debes ir de blanco a una boda si no eres la novia), y de las referentes al clima o al lugar del evento, donde el sentido común te ayudará a tomar la mejor decisión en cuanto al color de tu vestido, hay otros factores relativos al uso del color en tu vestido.

Un elemento con el que pocas veces contamos pero que es muy importante, es el color de nuestra piel. Normalmente, las chicas con la piel más clara lucen mejor en vestidos de fiesta en colores muy vivos como pueden ser el rojo, el violeta, el rosa o el amarillo. Para las pieles morenas se recomiendan colores como el azul, el negro o el gris oscuro.

Este asunto tiene que ver mucho con el tipo de clima que vaya a hacer cuando tenga lugar el evento. Si, por ejemplo, vas a una boda en una playa, una buena elección sería un vestido de fiesta con un tipo de tela vaporosa. Esto permitirá a tu piel respirar y, por lo tanto, tú te sentirás mucho más fresca y cómoda para disfrutar plenamente del evento.

Si, en cambio, vas a acudir a un evento en la ciudad, deberás tener en mente si va a hacer frío o calor ese día. Es posible que tengas que considerar elegir un vestido de fiesta con una tela más gruesa que te abrigue, por si la fiesta se alarga hasta la noche y comienza a hacer frío. De tu comodidad en un evento dependerá lo bien que puedas pasarlo.

Tal y como mencionábamos con anterioridad, al final, lo más importante es que tú, te sientas cómoda en tu vestido. Que te sientas segura y confiada para afrontar el evento en la mejor de las condiciones. Que disfrutes y seas feliz con tu elección. Por eso, antes de tomar una decisión final, pruébate el vestido, camina con él, conjúntalo con los accesorios que pienses llegar y mira que te convenza el corte. No te precipites en la decisión porque podrías acabar arrepintiéndote.

Si todos estos elementos que hemos visto con anterioridad te convencen: el escote, el largo, la caída de la falda... Entonces, parece que sí, que ya lo tienes. ¡Has encontrado tu vestido de fiesta perfecto!

Elegir un vestido de fiesta no es algo sencillo. Probablemente tendrás que recorrer más de una tienda y probarte más de un vestido hasta que des con uno que te haga sentir cómoda para la ocasión. Luego, una vez lo encuentres, puedes tener problemas de talla o, tal vez, tengas que arreglarlo un poco o encontrar complementos a juego.

También tendrás que valorar el precio y fijarte en que los detalles también te gusten. En fin… un montón de cosas diferentes que pueden llevarte al borde de la desesperación. Por eso, te recomendamos que te armes de paciencia y que hagas la elección con toda la previsión que te sea posible. Tener una idea muy clara de lo que quieres también te ayudará. ¡Ánimo!