Mantas

Las mantas son parte nuestra vida en casa. No podemos imaginar una tarde en el sofá sin las frazadas y hay quien, acompañado de un cigarro o un buen libro, se la lleva hasta el balcón o incluso al jardín cuando las temperaturas empiezan a bajar.

Al igual que ocurre con otros textiles para casa, las mantas han sufrido una transformación increíble durante los últimos años. Han pasado de ser las protagonistas absolutas de nuestro dormitorio (con el permiso de la colcha y el edredón, claro) a situarse en un segundo plano en muchas viviendas.

La irrupción de los nórdicos hace algunos año y el posterior abaratamiento de estos hizo que muchos dejaran de usar la manta tradicional. Otros, las guardan para las visitas o las conservan por ser casi parte de la familia. De todas formas, las mantas siguen reinventándose y los diseñadores de estas cubrecamas están a la caza de nuevas necesidades y tendencias para aplicarlas en sus productos. Las mantas personalizadas (en lo que respecta a las medidas o a los diseños), por ejemplo, son productos muy demandados.

Dentro de las modas más actuales podemos hablar de materiales que han empezado a aparecer hace poco como la microfibra por ejemplo. Además, hace no mucho que dimos la bienvenida a la vuelta de los materiales naturales y ecológicos como el algodón orgánico o la lana procedentes de granjas sostenibles. Las mantas fabricadas a partir de materiales de este tipo contarán con certificados de producción ecológica.

Estos sellos de garantía aseguran que el artículo en cuestión está libre de productos dañinos y que ha sido fabricado en un tipo de industria respetuosa con el medio ambiente. Este tipo de negocios evitan, en su producción, la utilización de fertilizantes o pesticidas químicos, se someten a inspecciones periódicas y cultivan en suelos en los que no se hayan empleado productos químicos.

La buena noticia es además, que hoy en día encontramos mantas de producción orgánica de lo más variado y no solo en lo que a colores se refiere. En el mercado existen infinidad de diseños de mantas con pelo largo, tipo polar, de estilo crochet, etc.

Tanto las mantas para la cama como aquellas para exteriores o las que utilizas para taparte en el sofá necesitan algunos cuidados. Limpiándolas cuando es necesario conseguirás mantener tu manta como nueva durante más tiempo, además de mantener tu casa limpia y libre de bacterias. ¿Te vendrían bien algunos consejos para perfeccionar tu técnica de lavado? Pues, sigue leyendo...

1. Lavar la manta con agua: Introduce la manta en la bañera o algún recipiente grande lleno de agua templada y detergente. Remueve la manta y déjala a remojo un rato. Repite varias veces y aclárala con mucha agua. Después deja que se escurra sin retorcer la manta para que salga el agua más rápido.

2. El secado: Cuelga la manta en una cuerda convencional o extiéndela sobre una superficie limpia evitando siempre exponerla directamente al sol. Una vez seca sacúdela con suavidad y ¡listo!

3. Cuando el tiempo apremia: Si no tienes tiempo de procesos largos, pasa la aspiradora con suavidad por la manta sin utilizar cepìllos ni peines en el cabezal.