Tronas

Ha llegado el momento de pasar de los brazos de papá y mamá a la trona, donde el niño empezará a aprender a comer él solo. Es normalmente a partir de los 6 meses, siempre que el bebé se pueda mantener sentado sin ayuda, cuando se puede empezar a usar una trona. De esta manera, se le ofrece al niño la posibilidad de tener una posición cómoda para tomar su papilla o disfrutar de un poco de descanso a la altura de los mayores.

Si está regulada a su correcta medida, se le puede dar la comida al niño con comodidad, permaneciendo sentados y sin tener que hacer movimientos forzados con los brazos o la espalda. En caso de que la trona tenga bandeja, ésta será la mesa personal del pequeño y, una vez se haya limpiado adecuadamente, también le puede servir para otras tareas como dibujar o jugar con sus juguetes. Al crecer el niño, se puede optar por quitar la bandeja para que el niño pueda disfrutar de su comida en la misma mesa que los mayores de la familia, lo que supondrá una nueva conquista personal para el niño y un gran estímulo en cuanto a su proceso de socialización. Además, los mayores también podrán disfrutar de la alegría del niño a la hora de comer.

Lo primero que debes saber antes de elegir una trona para tu bebé es que existen distintos tipos:

Este tipo de sillas son el modelo más tradicional. Las fijas son aquellas con una altura predeterminada y una bandeja extraíble. Entre las mayores ventajas de este tipo de modelos se encuentra que ocupan menos espacio que la mayoría de tronas y que, además, se pueden plegar.

Normalmente también cuentan con unas ruedas que permitan su desplazamiento, que casi siempre son extraíbles por asuntos de comodidad.

Permiten regular el respaldo y la altura de la silla para que se puedan adaptar a la mesa y al niño.

También suelen contar con diseños más actuales y modernos que otros tipos de tronas pero, entre los inconvenientes, habría que añadir que a veces pueden resultar algo incómodas para el niño y que pueden ser un poco más inseguras en el caso de que no se ajusten correctamente.

También se conocen con el nombre de ‘trona de tijera’ o ‘trona regulable’. Nos permitirán reclinar el respaldo en distintas posiciones a la vez que modificamos la altura del asiento.

También incorporan ruedas para facilitar su movimiento y son plegables, con lo que ocupan poco espacio. Entre los puntos débiles, se encuentra que solo se pueden utilizar hasta los 3 años de edad del niño.

Este tipo de trona puede convertirse en silla, lo que ofrece una prestación útil hasta, aproximadamente, niños de 6 años. Sin embargo, como pasa con las tronas evolutivas, pueden resultar un poco incómodas para los niños en alguna situación ya que no son específicas para una edad sino que valen para todas.

Además, desde el punto de vista estético, suelen resultar poco atractivas… lo que se gana en funcionalidad, en este caso, se pierde en diseño.